En la práctica clínica se han empleado tradicionalmente implantes de conexión externa debido a que fueron los primeros en aparecer y por lo tanto los de uso más extendidos. Sin embargo diversos estudios apuntan a unos mejores resultados en los implantes de conexión interna. Valorando factores como el comportamiento biomecánico, el ajuste de los componentes o la filtración bacteriana se ha podido comprobar cómo los implantes de conexión interna presentan una mejor absorción y distribución de las fuerzas y por tanto menor índice de aflojamiento y fractura del tornillo de retención.
El hexágono interno nos da la posibilidad de variación de la posición del pilar cada 60°.
Los pilares prefabricados, construidos por el mismo fabricante del implante y con los mismos tornos de control numérico poseen con el implante un excelente ajuste y adaptación marginal
Resende y cols en 2008 realizaron un estudio con el objetivo de comparar la integridad de los hexágonos de los implantes tras la colocación de la prótesis y ante la aplicación de diferentes fuerzas.
Concluyeron que para casos en los que el implante fuese a recibir una fuerza mayor 60 N/cm2 es preferible el uso de un sistema de conexión interna.
Los implantes de conexión externa, cuando son sometidos a fuerzas elevadas, presentan deformación y por tanto mayor ángulo de rotación entre pilar e implante. Esto produce mayor transferencia de estrés y micro movimientos al tornillo y al propio implante, pudiendo causar rotura del tornillo o pérdida de la oseointegración.
Se debe tener en cuenta que no sólo implante, tornillo y pilar reciben fuerzas, el hueso de soporte también sirve como amortiguador. En la documentación revisada no se encuentran diferencias estadísticamente significativas en lo que se refiere a la transmisión de fuerzas al hueso de soporte entre implantes de conexión interna y externa. Tanto en las fuerzas axiales como laterales ambos sistemas de implantes experimentan un comportamiento parecido no considerándose un factor determinante en lo que se refiere a la oseointegración
El hecho de emplear un sistema u otro no hará que el implante se oseointegre mejor o peor ya que durante esta fase el comportamiento en uno y otro caso será similar. Será en la parte protésica donde se crearán diferencias, cuando el implante comience a recibir cargas, el comportamiento sí será diferente y ahora sí, aunque como efecto secundario a los micromovimientos, podría verse afectada la oseointegración.Vigolo y cols. en 2008 realizaron un estudio para comprobar la precisión en el ajuste pilar-implante con pilares mecanizados en titanio. La opción de poder contar con pilares mecanizados por la misma empresa mejora el ajuste pasivo de los pilares y reduce al máximo las discrepancias, además la principal ventaja del titanio es que posee el mismo diferencial que los implantes y por tanto la corrosión es mínima.
Aunque usemos pilares mecanizados siempre queda un "gap" entre los diferentes componentes protésicos y por tanto habrá que intentar usar los métodos más fiables para conseguir reducir lo máximo posible el movimiento del pilar sobre el implante.